Me desperté sobresaltada con el
sonido del despertador, hacía 3 meses que no necesitaba ponerlo, el cambio de
gobierno después de la guerra había traído muchos cambios al mundo, pero eso ya
no importaba, no se podía hacer nada. Todos habíamos caído bajo la influencia
del nuevo gobierno, dejándonos llevar por lo que ellos decían que era lo mejor
para el planeta. Hoy yo entraría en ese juego, hoy era mi vigésimo cumpleaños,
el día de mi operación. Después de la guerra los vencedores habían llegado a la
conclusión de que la diversidad de las personas era la que generaba las guerras,
pensaron que si todos fuéramos iguales no habrían conflictos, por lo tanto
decidieron que todos nos tendríamos que someter a una operación que nos
cambiaría para siempre una vez nuestro cuerpo dejara de cambiar de forma
natural, una operación que nos haría idénticos unos a otros, conviviendo
mujeres entre mujeres y hombres entre hombres por separado, solo unidos alguna
vez para procrear niños que ni siquiera vivirían junto a sus padres, así
también borrarían el amor del juego, para ellos, la mayor causa de conflictos.
Al final seriamos los útiles robots que ellos necesitan pero, ¿seguiríamos
siendo personas? Muchos de nosotros nos hacemos esta pregunta, al menos eso
creo, ya que hace meses que no veo a nadie, estoy aislada pues soy… ¿cómo lo
decían ellos? Ah sí, potencialmente peligrosa y agresiva. Por ello habían
adelantado mi operación un año antes, pues yo, por mi parte echo de menos aquel
tiempo en el que convivíamos personas diferentes entre nosotros, y la verdad,
ser una niña buena que no lucha por lo que cree no se me da demasiado bien.
Pero después de 3 meses confinada en una celda blanca y esterilizada, esperando
este día me he acabado dando por vencida, no puedo hacer nada contra ellos,
simplemente me llevarán a la sala de operaciones y me cambiarán, no sé qué
pasará conmigo después de eso, espero que al menos me dejen la capacidad de
pensar por mí misma, pero teniendo en cuenta la falta de conflictos supongo que
tampoco nos dejarán eso. Ya abren la puerta blindada, se acerca mi fin, pues
esto es peor que la muerte, simplemente espero que algún día alguien de verdad
se rebele, la gente le siga y podamos salir de este atolladero en el que nos
han metido a presión, pues a mí me dieron la espalda pero sigo teniendo
esperanzas en que algún día la gente se dé cuenta de su error y piense de
verdad por sí misma. Ya me llevan a la sala, le digo adiós a mi cuerpo cuando
lo veo en un reflejo fugaz. A esto nos llevó la discriminación, la guerra entre
razas, la guerra de credo… a un mundo estéril y sin vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario